No. 17 |
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IV Internacional Declaración sobre los acontecimientos en CubaQue el Partido Comunista de Cuba haya considerado necesario escribir a los "partidos y organizaciones fraternas" muestra el alcance del problema que los dirigentes cubanos están afrontando a consecuencia de las reacciones a la ejecución de tres ciudadanos cubanos y las duras penas de prisión impuestas a otros ciudadanos que habían expresado su deseo de ejercitar su derecho a la crítica. Por nuestra parte, la IV Internacional recuerda que hemos estado junto a la revolución cubana siempre, desde 1959. Y que hemos defendido decisiones cruciales adoptadas por los dirigentes cubanos frente a críticas y ataques, no sólo desde las clases dirigentes y sus gobiernos, sino también por parte de muchos partidos comunistas y socialdemócratas y de dirigentes del llamado "socialismo realmente existente". Nosotros hemos resaltado los aspectos originales de la revolución cubana, así como la ayuda que ha dado a movimientos revolucionarios con un espíritu internacionalista. Pero cuando hemos considerado necesario criticarla -particularmente sobre la actitud del gobierno cubano hacia la dirección de la Unión Soviética y otros países no capitalistas o hacia el gobierno del PRI mexicano o sobre la burocratización del régimen cubano- lo hemos hecho abiertamente. Hoy, los métodos adoptados durante los recientes trágicos acontecimientos son inaceptables desde un punto de vista democrático revolucionario e inaceptables para la defensa de la revolución y sus conquistas sociales y culturales. Lo decimos sin ninguna ambigüedad. El gobierno cubano adoptó, por otra parte, una actitud completamente diferente en otras ocasiones, en particular durante los intentos de emigración ilegal y masiva de 1980 y 1984. Es cierto, como afirma la carta del PC cubano, que "la hostilidad de la Administración Bush hacia Cuba excede a la de todas las administraciones anteriores". Las clases dirigentes, y en primer lugar y destacadamente la clase dirigente de los EE. UU., han usado siempre métodos bárbaros; pero la lucha contra estas políticas no puede justificar el uso de métodos antidemocráticos, incluyendo la inaceptable pena de muerte, por un gobierno que se reclama del socialismo. Precisamente porque ciertos métodos son característicos de las clases explotadoras, no deben ser utilizados por los revolucionarios. Es innegable que Cuba está en una situación más difícil que en el pasado. Bush y su pandilla han mostrado que están dispuestos a utilizar todos los medios para imponer su hegemonía más aún en todo el mundo. La mejor defensa de Cuba, es asegurar la activa y cada vez más democrática participación de la mayoría de la población en las duras tareas de defender la revolución, con todos los derechos de autoexpresión y crítica. A la vez, la mejor defensa consiste en la más amplia solidaridad de partidos hermanos y organizaciones y pueblos de otros países. Pero el recurso por la dirección cubana a métodos extremadamente represivos hacen mucho más difícil esta solidaridad. Una vez más, mientras criticamos sin ambigüedad las recientes medidas tomadas por la dirección cubana, reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo cubano contra el embargo impuesto por los EE. UU. Buró Ejecutivo de la IV Internacional 14 de mayo de 2003. |
Directores: Héctor Díaz Polanco y Edgard Sánchez Ramírez. Coordinación Editorial: Ana María Hernández López. Consejo Editorial: Jesús Escamilla, Fernando Bazúa, Consuelo Sánchez, José Martínez Cruz, Nellys Palomo, Sergio de la Peña (+), Margarita Gutiérrez, Diseño Editorial: Andrés Mario Ramírez Cuevas. |
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