No. 17 |
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A los partidos y organizaciones amigas Partido Comunista de CubaLa batalla por su derecho a la libre determinación y su derecho a la independencia. Se trata de defender, bajo cualquier circunstancia, el futuro de nuestro país como nación y todas las conquistas que la Revolución ha alcanzado y puesto al servicio de nuestros hombres, mujeres y niños, muchas de las cuales constituyen hoy una quimera en numerosos países del mundo. La humanidad vive difíciles momentos, marcados por la agresividad de una administración norteamericana fascista que se ha empeñado en sustituir las relaciones diplomáticas y las normas jurídicas internacionales por la fuerza brutal de una superpotencia que apuesta a la imposición y a la guerra en aras de afianzar su hegemonía mundial. Cuba conoce bien la agresividad del imperio: más de 40 años de férreo bloqueo económico, financiero y comercial; acciones terroristas; más de 600 planes de atentado y planes de asesinato contra nuestro Presidente; estímulo a la subversión, a la emigración ilegal, a los sabotajes, a la acción de grupos armados que han sido tolerados en su accionar terrorista contra nuestro país. Y desde el mismo año del triunfo de la Revolución -1959- la obsesión de los gobiernos de Estados Unidos de fabricar en Cuba una oposición, de fomentar la creación y fortalecimiento de grupos que respondan a sus intereses y encargados, en un supuesto escenario de derrota de la Revolución, de propiciar la anexión de Cuba a Estados Unidos. Para algunos en el mundo hablar hoy de anexión puede parecer historia antigua. Pero para el pueblo cubano, que ha debido enfrentar las apetencias históricas y los planes concretos de anexar a Cuba a Estados Unidos, ese diferendo entre la voracidad imperial y nuestra voluntad de independencia se mantiene vigente y es un factor ineludible a la hora de analizar la realidad cubana. La hostilidad de la administración Bush hacia Cuba ha superado la de todas las administraciones anteriores. Una veintena de cubanos procedentes de los grupos extremistas de Miami ocupan puestos claves en su gobierno, a lo que se unen los compromisos del Presidente con esos mismos grupos extremistas que jugaron un papel clave en su elección. La Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana se ha convertido en el Cuartel general que pretende dirigir la subversión interna en nuestro país, con un Jefe de esa Oficina que viola constantemente las leyes que rigen el comportamiento diplomático, en abierta injerencia en los asuntos internos de Cuba y dedicado por entero a la organización y apoyo de esa "oposición" fabricada y financiada por Estados Unidos. Pruebas concretas de estas afirmaciones fueron presentadas a la prensa extranjera el pasado día 9 de abril por nuestro Ministro de Relaciones Exteriores. Curiosamente, el contenido de dicha conferencia de prensa ha sido prácticamente silenciado en el exterior por los grandes medios de comunicación. Por otra parte, en los últimos meses se han producido en nuestro país siete secuestros de naves aéreas y embarcaciones cubanas, propiciados por la aplicación indiscriminada de la Ley de Ajuste Cubano, la práctica de recibir en Estados Unidos a gente que comete actos terroristas, uso de armas y violencia para llegar allí y la tolerancia del gobierno con esos delincuentes, muchos de los cuales se pasean hoy libremente por las calles de Estados Unidos. La experiencia de más de 40 años en el enfrentamiento a las agresiones de Estados Unidos y al modo de operar de la mafia anticubana de Miami, indicaba que ese desenfrenado estímulo a los grupos de mercenarios y traidores a su Patria y el aliento, de hecho, a esa ola de secuestros tiene propósitos de provocación y de posibles conflictos graves, incluidas la agresión y la guerra contra Cuba. Ningún gobierno extranjero puede dictar nuestro destino. Estamos siendo agredidos y nuestro deber es responder a esas agresiones, como lo haría cualquier gobierno del mundo. La Revolución se ha visto obligada a adoptar medidas duras, pero ineludibles, dentro del marco estricto de las leyes. Alrededor de esas medidas se ha desatado una inusitada campaña mediática de tergiversación y falseamiento de los hechos. Precisaremos los que más se repiten: . No se juzgó y condenó a "disidentes" y supuestos activistas de derechos humanos, sino a personas que trabajaban (y cobraban) para una potencia extranjera que por ley aprobada por su Congreso (la Helms Burton) tiene el propósito declarado de destruir la Revolución. . En todo el proceso judicial ha habido respeto absoluto a las garantías para todos los acusados, en virtud de la legislación cubana y en virtud de principios generalmente reconocidos y aceptados en el mundo. . Todos los acusados conocieron los cargos que se les imputaban y tuvieron oportunidad de alegar sobre ellos antes de la celebración del juicio. . Todos los acusados ejercieron el derecho de contar con abogado defensor. 44 abogados fueron designados directamente por los acusados y sus familias y 10 fueron de oficio. . Todos los acusados ejercieron su derecho de ser escuchados en juicio por tribunales previamente constituidos. No se creó ningún tribunal especial ad hoc para juzgarlos. Ha habido una vista oral donde ha intervenido el acusado, ejerciendo su derecho de volver a intervenir al final y responder preguntas tanto de la defensa como de la fiscalía. Estuvieron presentes testigos de una y otra parte, además de los peritos; los abogados de la defensa interrogaron igualmente a testigos y peritos. . Todos los juicios han sido públicos. En cada uno participó un promedio de 100 personas, incluidos los familiares de los acusados. . Todos los acusados y sus defensores han ejercido el derecho de aportar las pruebas a su favor que consideraron, además de las presentadas por la instrucción policial y la fiscalía; los abogados defensores presentaron 28 testigos. Todos tuvieron acceso previo al expediente de la acusación. . Todos tienen derecho, y así les fue notificado en el juicio, de recurrir las sentencias ante un tribunal superior al que fueron condenados, en este caso ante el Tribunal Supremo, lo cual es un derecho que les asiste y que la legislación cubana respeta escrupulosamente. . Ha habido un escrupuloso respeto a la seguridad física, a la integridad física y moral de cada uno de los acusados en todas las etapas del proceso. No se nos puede imputar el empleo de la coacción, la presión, la amenaza o el chantaje. . Los terroristas secuestradores que fueron condenados a la pena máxima fueron juzgados en idénticas condiciones legales a las arriba expresadas. Se trataba de delincuentes comunes con pésimos antecedentes penales y no tenían vínculo alguno con la supuesta "oposición política". Somos un país amante de la paz, de la solidaridad entre los pueblos, de la amistad fraternal y sincera y siempre hemos honrado estos principios. Justamente en nombre de la paz, en nombre de la seguridad de nuestro pueblo, en nombre de nuestra independencia, actuamos y actuaremos siempre. Más allá de la enorme campaña que se viene desplegando contra Cuba, distorsionando y falseando nuestra realidad y nuestras acciones, hay un hecho incuestionable que trasciende incluso las fronteras de Cuba: si en las condiciones del mundo hoy, un país pequeño, cercano a una superpotencia, puede ser un país independiente, un país que siga su propio camino. Nuestro pueblo ha optado por una respuesta afirmativa a esa interrogante. |
Directores: Héctor Díaz Polanco y Edgard Sánchez Ramírez. Coordinación Editorial: Ana María Hernández López. Consejo Editorial: Jesús Escamilla, Fernando Bazúa, Consuelo Sánchez, José Martínez Cruz, Nellys Palomo, Sergio de la Peña (+), Margarita Gutiérrez, Diseño Editorial: Andrés Mario Ramírez Cuevas. |
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