No. 15 |
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Autores de las obras que ilustran este número dedicado al tema de los derechos humanos
Raúl Anguiano En sus primeras etapas su obra estuvo marcada por el compromiso social impuesto por su generación. En 1943, a la edad de 28 años, pintó El hijo muerto, una escena de desgarrador realismo urbano. En los años cincuenta su interés como artista se centraría en la representación de indígenas, sobre todo mujeres.
Francisco Corzas Su mundo imaginario está habitado por un repertorio de alucinaciones, de referencias literarias, obsesiones visuales, que marcaron sus límites iconográficos. La empaquetada, viene a ser la trascripción de un sonado asesinato ocurrido en nuestra ciudad en los años setenta. Aquí nos muestra una obra de su madurez en una composición atrevida, que a la vez es incitante y atractiva.
Daniel Lezama La mirada de Daniel, es la maestría del pintor en primera instancia, pero su narración impecable de imágenes despiertan en el espectador mundos desconocidos. «Lezama considera que el arte tiene una misión y una función profundas en el contexto más amplio de la vida y un lugar privilegiado en los estratos de la subjetividad humana [...] El pintor se plantea el reto de trasladar tanto la épica popular de México como la realidad objetiva que anima el lenguaje sui generis de la gran pintura» (Fragmento de un ensayo de Eric Castillo).
Guillermo Meza Exponente del realismo fantástico, apariciones extrañas que mucho le debe al mundo indígena. A través de la luz se manifiesta el drama que viven sus personajes. Repulsa a una realidad hiriente, la cuál denuncia con vehemencia. Cabezas religiosas, se ocultan, se velan, y así surge su mitología desdibujada, amputada de sus más esenciales contornos y carente de sus más acentuados perfiles.
José Clemente Orozco A principios del siglo xx colabora en publicaciones críticas, tales como: El Imparcial y El Hijo del Ahuizote. Su producción mural está considerada dentro de la proyección que alcanzó el llamado Renacimiento Mexicano. A diferencia de Diego Rivera y Siqueiros, no es tanto pintor de la historia como de la situación particular del hombre inmerso en ella. La constante de su producción pictórica es la visión extrema e intensa, violenta, perteneciente a la tradición expresionista histórica, sobre todo por el interés en el silencioso y trágico interior del ser humano, inmerso en la dialéctica contradictoria de la historia y de su ciclo vida-muerte.
Ben Shahn Después de que viajó por Europa y el norte de África, a su regreso a Estados Unidos en 1929, su obra se dedicó al tema del abuso oficial y gubernamental, como sus pinturas que representaron los casos Henri Dreyfus y el de Sacco y Vanzetti. En 1933 asiste a Diego Rivera en su mural en el Rockefeller Center en Nueva York que, por su contenido comunista, fue destruido antes de ser terminado. Su obra Peleamos por un mundo libre, fue considerado «demasiado violento» por la Office of War Information, para el uso que se le pretendía dar: un modelo pictórico para carteles públicos en pro del esfuerzo bélico.
David Alfaro Siqueiros Publicó una serie de polémicos escritos, como «Llamada a los artistas de América» y «No hay más ruta que la nuestra». En 1914 se integra a la Revolución Mexicana. Ingresa al Partido Comunista Mexicano en 1923, edita el semanario El Machete, que trata de la problemática social y artística. Alineado con el stalinismo, realiza un atentado contra la vida de León Trostky. Intensa vida política que corrió a la par de su obra pictórica, fundamentalmente el muralismo en el que buscaba crear en el espectador el movimiento y así alcanzar el dinamismo de planos y espacios. En 1919, en París conoce a Diego Rivera; ambos coinciden en la idea de una pintura monumental y heroica. La obra mural de Siqueiros es vasta, en un momento de su vida rechazó de manera teórica la obra de caballete por considerarla de élite, pero dejo gran producción. La fotografía como elemento auxiliar fue muy importante en su obra.
Gerardo Suter Fotógrafo y videoinstalacionista. Las imágenes de Suter buscan provocar reflexión, el cuerpo humano es el vehículo para representar literal y metafóricamente el origen del hombre. La relación entre símbolos y partes del cuerpo humano son la esencia de su trabajo. |
Directores: Héctor Díaz Polanco y Edgard Sánchez Ramírez. Coordinación Editorial: Ana María Hernández López. Consejo Editorial: Jesús Escamilla, Fernando Bazúa, Consuelo Sánchez, José Martínez Cruz, Nellys Palomo, Sergio de la Peña (+), Margarita Gutiérrez, Diseño Editorial: Andrés Mario Ramírez Cuevas. |
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